Pararse a Pensar
Todos disponemos de aptitud para pensar. No todos, sin embargo, nos paramos a pensar.
Todos gozamos de capacidad para pensar. La inteligencia, al fin y al cabo, es la primera capacidad de un ser inteligente y libre como es el ser humano.
¿Por qué somos tan reacios a pensar, no nos paramos a pensar con más frecuencia, sobre todo, en asuntos en los que deberíamos hacerlo? Henri Ford decía que «pensar es el trabajo más difícil que existe, y que tal vez por ello, tan pocos lo hacen». Y, en cierto modo, tenía razón. Pensar exige esfuerzo. Para pensar hace falta querer pensar, desear pensar, atreverse a pensar, es decir, dedicar unos ratos a reflexionar, proponérselo, determinarse a hacerlo.